Este documento parte de que el reconocimiento de los medios de comunicación no suele ir acompañado de una mínima capacidad de análisis del papel que tienen y de sus conexiones con la economía, la política y la cultura. El autor explica cómo los medios de comunicación no son instituciones independientes o ajenas al poder político y que siguen reproduciendo estereotipos y una fuerte simplificación de la realidad del Sur. Por último, plantea una serie de pistas para pensar y practicar la comunicación en la acción solidaria con los países del Sur.